2.4.1. REGRESIÓN DE CONDUCTA. LOS
CELOS.
Una
regresión de conducta es un modo de comportarse que corresponde a etapas
evolutivas ya superadas.
Este
tipo de conductas se asocian a los celos aunque también pueden tener otras
causas como por ejemplo un cambio de domicilio, la separación de los padres, la
pérdida de un familiar…
No
que olvidad nunca, que un niño que está celoso, es un niño que está sufriendo.
Los
celos ante el nacimiento de un hermanito.
Los
celos se manifiestan mediante rabietas, comportamientos disruptivos,
regresiones… ante la llegada de un nuevo miembro a la familia.
Hay
un tipo de celos muy a tener en cuenta: los celos encubiertos.
Estos se producen cuando el niño aparentemente, se
muestra muy colaborativo con los padres para contentarlos, creyendo que así
recibirán más atención. Sin embargo, cuando están a solas con el bebé, se
comportan de manera fastidiosa. Presentando inclusive conductas de rechazo.
Es
importante no ridiculizar los celos, puesto que estos se pueden convertir en
patológicos.
También
el hermano pequeño puede sentirse celoso del mayor.
¿Qué
hacer ante los celos y cómo prevenirlos?
Hay
que repartir el tiempo de manera más o menos equitativa entre los niños, para
repartir así las atenciones y que se sientan queridos de igual manera.
Es
bueno enseñarlos a compartir, hacer que
los mayores participen en el cuidado del pequeño, no compararlos, educarlos en
la diversidad…
Hay
que preparar al niño desde antes de que el bebé nazca tanto en la escuela como
en casa para así prevenir los celos. Para ello hay una serie de pautas a
seguir:
- Que los hermanos se lleven dos o tres años entre sí.
- Ya desde el embarazo explicarle al mayor que va a
tener un hermanito.
- Si hace falta cambiarle de habitación al mayor,
procurar que sea antes de la llegada del bebé.
- Es importante que no coincida el inicio de la
escolaridad con la llegada del nuevo hermano.
- No modificar demasiado la rutina del niño mientras la
madre está en la clínica.
- Que la primera vez que el niño ve a su hermano, que
este no esté en brazos de la madre.
2. 4. 2. LA ADAPTACIÓN A LAS PÉRDIDAS Y LOS CAMBIOS.
Estas
vivencias constituyen en parte una pérdida de la infancia:
La
deshabituación del chupete
Les
resulta difícil prescindir de este objeto, así como de otros que también les
pueden llegar a causar dependencia ( un osito de peluche, una mantita, un
cojín…), esto les supone una serie de manifestaciones emocionales sobretodo al
principio.
Es
aconsejable que lo dejen a los dos años. Para que sea más fácil la retirada
podemos dárselo a los Reyes Magos, tirarlo a la basura y celebrarlo…
La
pérdida de personas importantes:
A
los tres aún no entendemos que morirse significa que no se volverá a ver a esa
persona, pero a los seis ya se tiene cierta idea de lo que la muerte conlleva.
Si
hay una hospitalización en la que la persona está terminal, no es conveniente
mentir al niño.
Si
va a tener un hermanito, y ese futuro bebé ya tiene nombre y se produce un aborto,
deberemos sentarnos con él y darle una explicación muy sencilla de lo que ha
pasado.
También
hay que pensar en algunos cambios que pueden ser muy significativos en la vida
del niño:
La
adopción:
Los
niños adoptados pueden presentar carencias afectivas por las experiencias
vividas. Pueden presentar conductas disruptivas, mostrarse irritables, poco
comunicativos…
Hay
que respetar que la adopción conlleva un periodo de adaptación, no solo para el
menos, sino también para la familia y para el entorno.
Las
hospitalizaciones:
Si
se trata de un familiar cercano, el niño puede manifestar esos cambios de
manera afectiva.
Cuando
es él mismo el que está hospitalizado, se siente en un lugar extraño, lo que
puede darle miedo, angustiarle, o hacer que niegue la realidad.
Existen
entidades que se dedican a amenizar su estancia en el hospital: Pupaclown,
Pallapupas…
2.4.3. PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTOS
COTIDIANOS (LAS RABIETAS)
La
rabieta es un enfado propio de los niños pequeños, que suele durar poco y suele
darse por cosas sin importancia.
¿Por qué se producen las rabietas?
Se
producen por que los niños se rebelan contra la autoridad de los padres y
reclaman su libertad ya que se les ponen unos límites mientras intentan
explorar y aprender. Estas rabietas aparecen en una edad en la que el lenguaje
no está lo suficientemente elaborado como para que los niños expresen sus
sentimientos y necesidades, por eso se sienten impotentes al no poder
comunicarlo y lo demuestran a través de sus rabietas.
¿Qué se puede hacer para evitar las rabietas?
-Se
le debe de enseñar a expresar su frustración siempre y cuando esté dentro de
los límites de su tolerancia.
-Se
le debe de avisar al niño con tiempo cuando se vaya a producir un cambio en una
actividad rutinaria.
-Se
le debe de prohibir algo que le gustó o que le resultó agradable con el mayor
tacto posible.
-No
se le debe de hacer caso cuando busca la atención de una persona a través de
las rabietas.
Algunas pautas de actuación ante las rabietas
-No
se le debe gritar ni zarandear al niño/a.
-No
se le debe de dar en ese momento lo que quiere.
-No
debemos de darle algo que le gusta para que se calle.
-Si
la rabieta es difícil de controlar, podemos adoptar una actitud de indiferencia
y hacerle creer que ignoramos su conducta.
-Se
puede utilizar la técnica de tiempo fuera, dejándolo solo, para que se calme
pero siempre en un sitio seguro durante unos minutos.
-Se
debe mantener la calma.
-Si
la rabieta sucede en un sitio público se debe de llevar al niño a un sitio más
tranquilo.
-Si
el niño presenta una actitud violenta, habrá que sujetarle, pero sin hablarle
ni mirarle.
-Se
debe hacer comprender al niño que las rabietas no son maneras de conseguir lo
que uno quiere.
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