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viernes, 20 de enero de 2017

6.4. LA SOCIABILIDAD EN LA INFANCIA

LA SOCIABILIDAD EN LA INFANCIA

El conocimiento social es uno de los aspectos importantes de la socialización del ser humano.

El conocimiento de uno mismo

Entre el año de edad y los 6 años se produce un gran avance en el conocimiento de uno mismo.
A partir del año las niñas y niños empiezan a ser conscientes de que constituyen seres independientes y separados de los otros.

Del yo existencial al yo categórico

El yo existencial se establece cuando existe una clara diferencia entre uno mismo y las demás personas. Las niñas y los niños ya se autorreconocen como sujetos independientes y distintos de los otros.
Aparece en la mayoría de los niños y las niñas entre los 15 y 24 meses de edad y constituye un requisito previo a cualquier tipo de autoconocimiento.
En esta primera fase, las niñas y los niños manifiestan conductas que dan testimonio de su autoconciencia, como son los sentimientos de competencia e incompetencia. Estos sentimientos se expresan en forma de alegría o de enfado que son muestras de la manifestación de un yo que empieza a medirse en contraposición a la realidad.
El yo categórico supone una comprensión más objetiva en relación con algunas de las propias características como la edad, el sexo o la apariencia física.

La formación del autoconcepto

 El autoconcepto incluye las creencias sobre las capacidades, las habilidades o los valores que una persona considera que le son propios.
Se basa en características muy concretas, pero es descriptivo. No será hasta los 8 o 10 años cuando se produce un cambio importante en las descripciones que hacen de sí mismos.      
En la etapa preescolar el autoconcepto aún no incluye ningún tipo de evaluación, pues los niños y niñas creen que pueden hacerlo casi tdo y que todo lo hacen bien y sobreestiman sus capacidades de forma sistemática.

El desarrollo de la autoestima

La valoración del autoconcepto da lugar a la autoestima, que puede ser positiva, negativa y ajustada o desajustada.
La forma de valorar lo que uno cree que es, origina una autoestima global o valoración general, que se va organizando en varias autoestimas durante los primeros años.

Hacia los 7 años los niños y niñas distinguen tres autoestimas: la física, la social y la académica.















Como las niñas y los niños pequeños creen que pueden hacerlo todo y que lo hacen todo bien, su autoestima es muy alta, aunque poco ajustada a la realidad. Aunque es importante que sea ajustada, que se corresponda con la realidad, y para ello, es necesario que las personas adultas valoren las cualidades de los niños y niñas, que feliciten por sus logros reconociendo sus virtudes y los acompañen en la aceptación de las propias limitaciones.

En busca de la identidad

No es hasta la adolescencia cuando la búsqueda de la identidad se convierte en una cuestión prioritaria. La pregunta característica en esta etapa del desarrollo es ¿QUIÉN SOY YO? Encontrar la respuesta a esta pregunta no siempre implica una crisis traumática.
La búsqueda de la identidad constituye, un proceso complicado, ya que supone en cierto modo la destrucción de todo lo elaborado hasta el momento para volverlo a reconstruir.

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