LA SOCIABILIDAD EN LA INFANCIA
El conocimiento social es uno de los aspectos importantes
de la socialización del ser humano.
El
conocimiento de uno mismo
Entre el año de edad y los 6 años se produce un gran avance
en el conocimiento de uno mismo.
A partir del año las niñas y niños empiezan a ser
conscientes de que constituyen seres independientes y separados de los otros.
Del yo
existencial al yo categórico
El yo existencial se establece cuando existe una clara
diferencia entre uno mismo y las demás personas. Las niñas y los niños ya se
autorreconocen como sujetos independientes y distintos de los otros.
Aparece en la mayoría de los niños y las niñas entre los 15
y 24 meses de edad y constituye un requisito previo a cualquier tipo de
autoconocimiento.
En esta primera fase, las niñas y los niños manifiestan
conductas que dan testimonio de su autoconciencia, como son los sentimientos de
competencia e incompetencia. Estos sentimientos se expresan en forma de alegría
o de enfado que son muestras de la manifestación de un yo que empieza a medirse
en contraposición a la realidad.
El yo categórico supone una comprensión más objetiva en
relación con algunas de las propias características como la edad, el sexo o la
apariencia física.
La
formación del autoconcepto
El autoconcepto incluye las
creencias sobre las capacidades, las habilidades o los valores que una persona
considera que le son propios.
Se basa en características muy concretas, pero es
descriptivo. No será hasta los 8 o 10 años cuando se produce un cambio
importante en las descripciones que hacen de sí mismos.
En la etapa preescolar el autoconcepto aún no incluye
ningún tipo de evaluación, pues los niños y niñas creen que pueden hacerlo casi
tdo y que todo lo hacen bien y sobreestiman sus capacidades de forma
sistemática.
El
desarrollo de la autoestima
La valoración del autoconcepto da lugar a la autoestima,
que puede ser positiva, negativa y ajustada o desajustada.
La forma de valorar lo que uno cree que es, origina una
autoestima global o valoración general, que se va organizando en varias
autoestimas durante los primeros años.
Hacia los 7 años los niños y niñas distinguen tres
autoestimas: la física, la social y la académica.
Como las niñas y los niños pequeños creen que pueden hacerlo todo y que
lo hacen todo bien, su autoestima es muy alta, aunque poco ajustada a la
realidad. Aunque es importante que sea ajustada, que se corresponda con la
realidad, y para ello, es necesario que las personas adultas valoren las
cualidades de los niños y niñas, que feliciten por sus logros reconociendo sus
virtudes y los acompañen en la aceptación de las propias limitaciones.
En
busca de la identidad
No es hasta la adolescencia cuando la búsqueda de la
identidad se convierte en una cuestión prioritaria. La pregunta característica
en esta etapa del desarrollo es ¿QUIÉN SOY YO? Encontrar la respuesta a esta
pregunta no siempre implica una crisis traumática.
La búsqueda de la identidad constituye, un proceso
complicado, ya que supone en cierto modo la destrucción de todo lo elaborado
hasta el momento para volverlo a reconstruir.
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