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martes, 20 de diciembre de 2016

5.1. Evaluar el desarrollo afectivo – sexual.



Las dificultades en la evaluación afectiva – sexual:


-  La menor importancia que  se les atribuye a los aspectos afectivos y sexuales del desarrollo.

-  La dificultad del objeto de estudio hace más compleja la evaluación, es decir, el comportamiento socio afectivo es más difícil de objetivizar y medir.

¿Qué debemos evaluar?

Como educadores infantiles nos encargaremos de la observación y de la evaluación rutinaria los niños y podremos centrarnos en los ámbitos siguientes: afectivo, emocional y sexual.              Esto se llevará a cabo si se detectan situaciones anómalas relacionadas con el desarrollo evolutivo del niño o con cambios en su comportamiento.

El desarrollo del niño o la niña                  

Los educadores se encargan de evaluar la relación afectiva de cada niño o niña con sus compañeros y el trato hacia ellos. Valoran que la progresión de estos niños/as esté adaptada a la madurez acorde a su edad. Es decir, que presenten un desarrollo afectivo y sexual que esté dentro de los parámetros considerados normales en cuanto al estadio de desarrollo en que se encuentra, el tipo de apego que presenta y a la adquisición de constancia e identidad de género.  

Sin embargo, si se sospecha en algunas ocasiones que hay un trastorno en el desarrollo o problemas de otro tipo se establecerá una intervención específica. Por lo que habrá que comunicárselo a la dirección del centro y hablar de ello con la familia para que sea tratado por un psicopedagogo que nos informe sobre lo que le puede estar ocurriendo al pequeño. 

Los educadores deben de evitar hacer diagnósticos y cuando se den cuenta de que puede haber un problema grave, habrá que dirigirse a las familias o a los profesionales o a los servicios especializados.






 Cambios o regresiones en el comportamiento 

Los cambios o regresiones en el comportamiento de un niño o de una niña suelen producir cambios en su entorno. Cuando se dan situaciones de este tipo, se deberán de valorar las explicaciones más sencillas y relacionadas con el propio proceso de desarrollo del pequeño. Otros cambios pueden estar relacionados con problemas familiares que les haya afectado muy a fondo, como el nacimiento de un hermanito o la muerte de la abuela. 

Cuando se tenga la entrevista con la familia se debe identificar el problema y valorar que se puede resolver desde la escuela infantil por lo que se deberán adoptar pautas de actuación para intentar resolverlo o para acompañar al pequeño en el proceso de cambio. 

En la mayoría de los casos se tratará de problemas leves y transitorios, pero en otras ocasiones, cuando el cambio es intenso puede ser un indicio de la presencia de problemas más graves, como el maltrato o el abuso sexual.



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